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jueves, 21 de junio de 2012

Capítulo 12º La Quedada

Me daba miedo decirle a Alberto mis verdaderos sentimientos hacia él, me venían muchas preguntas a lo que sería su reacción: Igual no me quiere ver nunca más, ¿ y si se suicida porque esta enamoradísimo de mí?.
Conforme iba añadiendo más preguntas una era mas horripilante que la anterior.
Pero en ese momento me vino un gran plan a la cabeza. No se lo tomará tan mal si quedamos los 9 en el parque grande y cuando vea que surja el momento me lo llevaré y se lo diré con sutileza, para que no esté tan afectado.
Llamé a las chicas y estas cedieron, además que Ángela estaba ansiosa por conocer a Alberto y añoraba al chico con el que se montó en el parque de atracciones (se llamaba Mario).
Con quien me costó más fueron con los chicos del parque de atracciones, porque no estaban conectados y tuve que esperar un par de horas a que por lo menos uno lo hiciera para avisar a los demás, pero finalmente lo conseguí, además Alberto no tenía ningún plan el sábado y quería conocer a mis amigas.
Por la noche no pare de pensar en Nico, me resultaba muy extraño que en apenas 10 minutos haya sentido eso por un chico, además yo creo que me he enamorado por primera vez, y esta vez de verdad.
Por fin era sábado estaba ansiosa por ver a las chicas y a Nico, y como no solucionar esto con Alberto. Es cierto que por un lado me da miedo, porque igual luego me arrepiento pero tengo que ser sincera con el.
Las chicas me vinieron a buscar a las cinco ya que a las seis quedamos con todos en el Parque Grande y tardamos mucho en llegar.
-¡¡¡Buaaah!!!, ¡¡hoy estaremos con seis tíos para nosotras solas!! mi sueño hecho realidad -sonrió Ángela mientras daba saltos por la calle-
-Por favor pavita mía, ¿quieres parar? la gente nos observa -Lucía se llevaba las manos a la cara de lo avergonzada que estaba-
Yo simplemente reía pero de repente me puse a hacer lo mismo que Ángela para avergonzar a Lucía.
-It´s it´s raining men, ¡ALELUYA! -nos pusimos a cantar Ángela y yo por toda la calle con gallos incluidos para llamar mas la atención-
Lucía no sabía ni por donde meterse.
Por fin llegamos al Parque Grande y todos los chicos ya habían llegado y se habían presentado.
-¿Siempre sois tan lentas las mujeres?- decía Nico mientras me abrazaba-
-Chs Chss, que es mía- nos separó un poco Alberto-
-Hala hijo que no pasa nada que María y Nico solo son amigos- defendió Lucía-
Pensamiento de Lucía: La verdad que Alberto no es nada feo como me imaginaba, no se, pero esa chulería me hizo sentir algo extraño que no sentí nunca por ningún chico. ¡Pero no, paso de novios y enamorarme! Todos sabemos que se acaba sufriendo de una manera u otra.
-¿Y tú como te llamas?
Pensamiento de Alberto: Esta chica tiene mucho más carácter que María, la verdad que no se que siento hacia María pero ella me ignora completamente, y se que esto no acabará saliendo bien.
-Se llama Lucía -añadí-
-Encantada, supongo-Lucia le dio dos besos-
-Lo mismo digo
-Bueno haya paz-sonreía Ángela-
La tarde surgió de lo mas normal Ángela y Mario no pararon de tontear, yo se que acabaran juntos porque se nota muchísimo lo que siente el uno por el otro. Y Lucía y Alberto no paraban de picarse eran como el perro y el gato.
Alberto me quería acompañar a casa así que aproveche cuando me dejó en el portal para confesarle todo.
-Alberto, tenemos que hablar...-agaché la cabeza-
Me sentía tan mal de decirle esto, nunca he salido con un chico, y el se preocupó mucho por mí cuando estuve internada por lo de la anorexia y bulimia, y se que hablamos poco por mi culpa, porque no paro de ponerle escusas. Me siento muy mal, muy mal.
-Dime -una sonrisa se dibujó en su cara-
-Mira, yo... -le miré tímidamente-
-Quieres dejar lo nuestro, es eso? -me miro-
-Si, es eso. ¿Como lo sabías?
-María llevas toda la tarde mirando a Nico, cada movimiento que da, cada vez que el respira, es como si te diera vida a ti. Se nota muchísimo que te gusta. Y cuando te abrazó te ruborizaste. No soy tonto María, pero podemos seguir siendo amigos, no le diré nada a Nico, tranquila-
-¿No estás enfadado?
-Jajaja, ¡que va!, si yo sabía que con lo poco que hablábamos no llegaríamos muy lejos, pero no tenemos porque dejar de ser amigos -sonrió- Bueno brujita, me voy ya-me dio un abrazo muy fuerte-
-Hasta otra -sonreí- ¡Y gracias!
Cuando subía en el ascensor me llego un mensaje al móvil, un mensaje anónimo
Anónimo dice a las 20:30 del 5-5-12: María, no te vas a librar de nosotras, cuando menos te lo esperes estarás muerta.