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miércoles, 5 de febrero de 2014

Capítulo 18º Mi ángel guardián (Las palabras se las lleva el viento, y los hechos se quedan para toda la vida.)

Me colocó debajo de un gran árbol para que no me diera el Sol en la cabeza, y me mojo un poco la frente con un botellín de agua que tenía a mano (puesto que se aproxima verano y hace ya mucho calor.)
-¿Al-Alberto?-añadí con un hilito de voz mientras abría lentamente los ojos-.
-María –se giró sorprendido mientras metía su móvil en el bolsillo-, menos mal que estas bien, justo iba a llamar a una ambulancia- me dijo poniéndose de cuclillas frente a mí-.
-¿Y qué haces aquí?, ¿no tienes instituto?
-No, hoy es jornada de puertas abiertas –sonrió acariciándose el pelo, pero enseguida volvió a tomar las compostura-. Me llamó Lucía que vio lo que sucedía desde la ventana de clase, y como sabía que estaba por aquí…
-¿Cómo lo sabía? –Abrí los ojos y me acerque un poco más-.
-¡Eso que más da!, lo importante que estés bien-se incorporó y se limpió el pantalón-.
-La verdad, es que no entiendo porque la toman conmigo, y lo peor ahora es que todo el instituto está al tanto y me harán lo mismo… –agaché la cabeza- Tengo miedo Alberto.
-No te harán nada, tienes a Ángela y Lucía, no estás sola, a parte, que seguro que lo olvidaran al cabo del tiempo-se sentó a mi lado y me sujetó la barbilla con los dedos para poder encontrar mi mirada-. Si quieres mañana te vengo a buscar cuando salgas del instituto, puedo llevarte a casa, tengo moto, no sé si lo sabías –sonrió moviendo el piercing del labio con la lengua-.
-No, no lo sabía –conseguí finalmente sacar una sonrisa-, la verdad que me encantaría –y, seguidamente, me sonrojé bajando la mirada-.
Pasaron unos segundos en silencio, intercambiando miradas intensas, hasta que por fin, es él, el que consigue retomar la conversación.
-¿Quieres saber porque Lucía sabía que estaba aquí? –Se levantó y me tendió la mano-.
-Si por favor-le miré fijamente, sujetándole la mano con firmeza y conseguí incorporarme-.
-Sígueme –y sin decir nada más en todo el trayecto, tiró de mí, mientras yo intentaba ir a su paso, pero sin obtener resultado, puesto que iba bastante ligero y yo no tenía muchas fuerzas-.
Finalmente, en la zona donde está ubicado el parque de atracciones, pero lo suficientemente lejos para que no se oiga ningún ruido de aquel lugar, se encuentra una gran explanada verde, rodeada de árboles. En medio, había un mantelito blanco y a cuadros rojos, con: platos, cubiertos y vasos de plástico por encima.
-¿Y esto?-añadí por fin, y me acaricie el pelo con las dos manos tímidamente-.
-Esto es para ti, para mí, para los dos…-agachó la cabeza-.
-Eres un…
Pero antes de que diga palabra alguna:
-María, creo que terminamos de una forma muy pésima para lo que sentíamos el uno por el otro.
Yo a ti te quería y te quiero de verdad, no como Nico, mis sentimientos hacia ti son reales y no quiero hacerte daño, –se puso delante mía y me agarro de los brazos mirándome fijamente a los ojos- esto lo he hecho por ti, y puedo demostrártelo día a día, no solo con palabras bonitas, si no con hechos.
Quizás no sea el novio perfecto, y, quizás no sea lo suficientemente bueno para ti, pero te prometo que te haré sentir como lo que eres, una princesa.
¿Qué me dices? –Movió la cabeza hacia un lado y me miró de reojo con una fina sonrisa-.




jueves, 19 de diciembre de 2013

Capítulo 17º La lucha

Mi hermano no tuvo más remedio que llamar a mi madre, puesto que mi padre estaba en el trabajo y él no sabe cómo actuar en los casos que una persona tiene asma.
Mi madre no entendía nada de lo que pasaba. Mientras sujetaba la bolsa para que yo controlara la respiración, le preguntaba a mi hermano el que me había pasado para llegar a ese punto.
Mi hermano le contó que estábamos discutiendo y que acabe respirando así de fuerte (una excusa perfecta ya que viniendo de mi hermano y de mi es normal)
Pasaron los meses, y mi madre iba tres días a la semana al hospital Clínico, pero, procurando que no me enterase.
Un día como otro cualquiera, estaba en el instituto con Lucía y con Ángela (ellas no sabían lo de mi madre, porque pensé que no sería conveniente).
Pero igualmente, ellas notaban que estaba ausente, y claro, les extrañaba mucho.
-María, ¿de verdad que no te pasa nada?, estas muy rara últimamente–me miró Lucía con cara de preocupación-.
-No, de verdad –miré a un lado para que no notasen que les mentía-.
-Olvídate de Nico, te ha mentido, y te mereces algo mil veces mejor, vales mucho María –sonrió Ángela, que por una vez deja su ligoteos a otro lado-.
De repente, recibí un mensaje. La verdad que me daba igual de quien fuera o las amenazas que trajera ese mensaje… Solo quería que mi madre estuviera bien.
Pero al leerlo me sorprendí, sentí que por fin se esfumaban las nubes negras y comenzaba a salir el Sol.
María, te espero a las 11:45 en la puerta de tu instituto.
Un beso, Nico.
Miré el reloj emocionadísima (eran las 11:30), quizás Nico se dio cuenta de que le gusto y que con Raquel no tenía mucho futuro.
Me levanté efusivamente, y les explique muy rápidamente, lo que me mandó Nico, seguidamente y sin tiempo a recibir sus opiniones al respecto, salí corriendo, pero también con cautela de que no me descubriera ningún profesor.
En la puerta estaba Nico tal y como prometió, pero yo quería fingir mi entusiasmo al verlo.
-Hola Nico –le di dos besos y le miré fijamente a los ojos- ¿Qué tal estas?
-Pues yo…-agachó la cabeza, como si estuviera arrepentido de algo-.
Y de repente veo como empiezan a venir gente de mi antiguo instituto corriendo, como: Mohamed, Jesús, Carlos, Leticia, Raquel, y más personas que o conocía de vista simplemente, o, ni eso.
Mi corazón se empequeñeció, no paraba de mirar a todos los lados, sintiéndome atrapada y sobretodo defraudada con Nico, el cual no quiso evitar todo esto.
Todos hicieron un circulo alrededor mío y no paraban de escupir insultos de su boca como: “Eres una autentica zorra”, “¿porque no te mueres, puta?”, “eres una golfa barata”, “gorda, puta y fea, ¿se puede ser peor?”, etc.
Raquel y Leticia  comenzaron a zarandearme, escupirme y golpearme por todas las partes de mi cuerpo.
Y pude sentir que mientras hacían todo eso, que compañeros y personas de la Sagrada Familia, salían a las ventanas o incluso fuera y apoyaban todo lo que me hacían y decían.
La gente, también me acabó golpeando mientras seguían insultándome. Mientras, yo me intentaba proteger como podía. Y pude ver que Nico se quedó inmóvil enfrente mía, y no tuvo la vergüenza de defenderme…Yo lo quería, y me había traicionado…Me había hecho mucho daño.
Acabé inconsciente en el suelo, y pude sentir como una persona salía en mi defensa y me llevaba a un lugar seguro.


viernes, 29 de noviembre de 2013

Capítulo 16º Te quiero mamá

-¿Y por qué te comportaste todo este tiempo así conmigo?, ¿¡Qué querías de mí!?- añadí por fin con más fuerza, mirándole fijamente a la cara-.
-Me gustas, María, aunque no te lo creas, en este poco tiempo que te conozco, has hecho que me sienta especial, y créeme que estoy confundido, no sé qué hacer, no os quería hacer daño a ninguna y tampoco quería mentirte –se tapó la cara con las manos-.
-Nico, por favor, quiero estar sola –me tumbé y me tapé entera, de cabeza a pies –.
 Al cabo de un par de segundos oí como se cerraba la puerta, y la verdad que no sabía cuándo lo volvería a ver. Puesto que lo que me dijo, me hizo mucho daño, no solo que tenga novia, sino que es Raquel.
Pero por fin me acordé, que antes de quedarme inconsciente me dijo ella: “Pagarás por lo que me hiciste, puta”.
Quizás, Nico se lo contó, y por eso sucedió eso anoche.
Un par de horas después.
-Bueno ya puedes irte a casa, te hemos dado el alta, –añadió el doctor desde  la puerta- y, si sientes alguna molestia o cualquier cosa, llámanos que te atenderemos enseguida.
-Muchas gracias doctor –añadió mi madre, que pasó su brazo por mis hombros-.
En el camino de vuelta a casa, noté a mi madre rara, quizás no se creyó lo del ladrón.
-Mamá, ¿dónde están papá y Rodri?
-Papá está trabajando, y Rodri, en casa, que lleva todo el día sin dar palo al agua –sonrió mirándome por el retrovisor interior- ¿Qué tal te encuentras cariño?
-Pues, algo mejor, aunque me duele un poco el costado…
-En casa te doy la sabana térmica, por si sirve de algo y te preparo una sopita caliente, mañana no hace falta que vayas al instituto.
-No pasa nada mamá, que si no pierdo materia.
-Como tú veas, cielo.
Cuando llegue a casa llamé a mi hermano y le dije que fuera a mi habitación cuando pudiera, que tenía que hablar con él seriamente.
-María, ¿querías algo?
-Rodri –cerré la puerta- ¿sabes algo? –Fui directa al grano-.
-¿Saber el que? –se cruzó de brazos y no me quitó la mirada de encima-.
-Lo que sea.
-Paso –dijo dirigiéndose a la puerta, para poder salir-.
-Le cogí del brazo- ¡No, Rodrigo, de aquí no te vas, me prometiste no decirles nada a papá y mamá!
-¿¡Solo te preocupa eso!? –Añadió con lágrimas en los ojos- ¡Últimamente estas tan preocupada por ti, y tus amigos, que no te das cuenta de lo que pasa a tu alrededor!
-Le miré fijamente, esperando a que dijera algo más- ¿A que te refieres con eso?, ¿el que pasa a mi alrededor supuestamente?
-¡Mamá tiene cáncer! – Se soltó seguidamente de un tirón- Pero si tanto te preocupa, sí que lo vi, es más llamé al vecino sin que papá y mamá se dieran cuenta. Pero tranquila, que si es lo que te preocupa, no diré nada.
Me quede en blanco, ¿mi madre tenía cáncer?, notaba como una lágrima recorría mi cara, en ese momento me quería morir.
Todo este tiempo estaba centrándome tanto en mí, que no sabía que mi familia me necesitaba. Sin saber que mi madre se iba apagando poco a poco y yo no me daba ni cuenta.
Llevaba todos estos meses preocupándose por mí, sabiendo que tarde o temprano iba a morir. Y yo como una egoísta no le pregunte ni un: “¿qué tal estas mamá?”.
-¿Desde cuándo lo sabes? –Pregunté finalmente, con la mirada fija en el suelo-.
-Desde que te ingresaron en el centro de rehabilitación. Mamá nos dijo que no tenías que saber nada, puesto que estabas muy débil y no quería que te pusieras peor.
Pero por favor, haz como si no sabes nada, no quiero que la cosa se empeore.
 Quiero que mamá este bien,  que pase estos últimos meses junto a nosotros y que sea feliz. Por favor, María.
-¡No quiero que Mamá se muera!
Caí al suelo de rodillas, sentía que no podía respirar bien, que lo hacía más y más fuerte, sin poder controlarlo, hasta el punto que no veía ni sentía nada.


martes, 26 de noviembre de 2013

Capítulo 15º Desolada

En ese momento quería desaparecer, cruzaba los dedos porque alguien viniera a ayudarme, aunque sabía que sería prácticamente imposible. Me sentía atrapada, y sin nadie que me pudiera ayudar.
Sentía como mi corazón comenzaba a acelerarse, como empezaba a respirar más y más rápido, y mi cuerpo se contraía.
Entonces, Leticia me agarró de los brazos por detrás, y Raquel comenzó a darme puñetazos en la cara.
Mientras me golpeaba, yo gritaba de dolor y suplicando que pararan, pero aun así yo seguía viendo ira en sus ojos, y nadie me podía escuchar, me sentía sola, completamente sola.
Finalmente, Raquel me agarró del pelo y me tiró al suelo como si fuera escoria, ahí fue cuando entre las dos me comenzaron a golpear por todas las partes de mi cuerpo.
Mientras me golpeaban y yo intentaba cubrirme como podía, las oía decir: “Acabemos con esta zorra”, “pagarás por lo que me hiciste, puta”, etc.
Casi inconsciente, oí los ladridos de un perro, vi como ellas se iban corriendo, y alguien venía a ayudarme, pero…Ya no recuerdo nada más…
  -Gimo abriendo lentamente los ojos-.
  -Por fin se despierta! –respondió exaltada mi madre-.
  -María, ¿Qué tal te encuentras? –añadió mi padre-.
  -¿Dónde estoy?
  -En el hospital. Nos llamó un vecino del bloque de al lado, diciendo que te encontró inconsciente en el suelo al lado de nuestro portal.
  -¿Qué te ocurrió? –me miró mi madre preocupada-.
  -No lo recuerdo muy bien – mentí, pero no quería más problemas, como ya dije son asuntos que los tengo que resolver yo sola. Que ya soy bastante mayor-.
  -Venga, algo sabrás…-me miró fijamente mi padre-.
  -Bueno, vino un ladrón y me quiso robar, y yo como me defendí, pues me agredió.
Y no le vi bien la cara, por si preguntáis.
  -¡Pues esto hay que denunciarlo! –exclamó mi padre- ¡esto no va a quedar así!
Entonces, miré a mi hermano, que está apoyado en los pies de la cama, él, estaba serio y no decía nada, se notaba que él no se tragó lo del ladrón y seguramente sabe que fue lo que pasó.
Así que tendré que hablar con el antes de que diga algo, o la cosa podría empeorar.
(Dos horas más tarde.)
  - ¡María! –dijeron las chicas al unísono corriendo para abrazarme-.
  -¿Qué tal te encuentras? –preguntó Lucía con cara de preocupación- Estas llena de moratones…
  -Me intento incorporar- Pues la verdad que un poco mejor –sonreí- ¿Cómo supisteis que estaba aquí?
  -Tu madre llamó a los míos (tienen el número desde que fui al parque de atracciones por si me pasaba algo) para decirnos que te había pasado y donde estabas, y entonces llame a las chicas y a Nico –sonrió-.
  - ¿¡A Nico!? –di un pequeño brinco pero seguidamente solté un leve gemido- ¿y dónde está?
  -Fuera, dice que tiene que hablar contigo a solas –añade Laura-.
  -¿Podías decir que pasara, por favor? –las miré tímidamente seguidamente de una leve e inocente sonrisa-.
  - Ok –y me dieron un último abrazo- Luego venimos, que tenemos que contarte novedades –se giraron y me guiñaron el ojo- .
  - Cerraron la puerta- María, ¿Qué tal estas? –se sentó a los pies de la cama-.
Le notaba extraño, no era el Nico de siempre,  estaba distante, aunque igual eran cosas mías.
  - Muy bien –sonreí- ¿Por qué te pones tan lejos? No muerdo, eh, jajaja.
  -Tenemos que hablar… -agachó la cabeza-.
  -¿¿Sobre qué?? –me acerqué un poco y le miré fijamente- ¿qué pasa? –le levanté la cabeza con las manos para que me mirara-.
  - Te he mentido.
  - ¿Mentido?, ¿con que?
Notaba que el corazón se volvía a acelerar, y sabía que lo que tenía que contarme me iba a sentar como un cubo de agua fría, pero lo quería saber, lo necesitaba. ¡Estaba enamorada de él!
  -Tengo novia…- respondió finalmente tajante-.
Me quede en blanco, ahora fui yo la que le aparto la mirada, y sentía un gran nudo en mi garganta. ¡Quería llorar, gritar, salir corriendo…!
Pero finalmente conseguí preguntar:
-¿Desde cuándo estáis juntos? –Siguiendo sin mirarle a la cara y sintiendo como una lagrima recorría mi cara-.
-Cinco meses y medio –añadió, sin apartar ni un segundo la mirada en mí-.
-Y... ¿Cómo se llama?
-Raquel García, estudia en el IES Andalán, de 1º de bachillerato C.
Finalmente, me sentó como un jarrón de agua fría, el amor de mi vida, salía con la persona que quería destruirme, esa persona, que, desde el minuto 1 fue a por mí.
Y esto traerá más que problemas.


viernes, 24 de agosto de 2012

Capítulo 14º El cine

Me costó mucho dormir esa noche, tenía miedo, mucho miedo, y no sabía como podía librarme de ellas.
¿Qué tengo que hacer, cambiarme de país?.
¿Por qué la tomaron conmigo?, yo no hice nada para que me hicieran todo esto, y por lo que parece me querían hacer algo grave, muy grave.
Pero tenía que ser fuerte, ¡para que ellas vieran que no tenía miedo!, además, tenía algo más importante en que pensar, Nico.
Eran las tres y media de la tarde y quería empezarme a arreglar pronto, son unos de esos días que una adolescente se lanza demasiado y quiere ir estupenda.
No digo que de habitual no me arregle, no penséis mal, pero hoy quería maquillarme un poco más e ir con tacones, etc. Vamos lo que es ir perfecta.
Comencé, con darme una ducha rápida, me sequé rápidamente el pelo, y pasé directamente a la ropa, que es en lo que mas suelo tardar, en elegir lo que ponerme.
Como ese día sería una tarde típica de primavera opté por unos vaqueros piratas, una camiseta lisa de color chocolate y unos tacones naranja pastel con flores pequeñitas. (No quería ir tampoco como una princesa, vamos al cine)
Y a la hora de maquillarme pues lo típico: Corrector de ojeras, base de maquillaje, colorete, sombra de ojos marrón, raya y rimmel. Quería ir lo mas natural posible.
Y para finalizar una trenza en un lado.
Las cinco. Y las chicas me llamaron, Laura estaba con ellas, aunque no se conocían, supongo que intuyeron que era mi amiga.
-¡¡Woow, bombón!! -silbaba Ángela cuando salía del ascensor-
-¡Dios que pava! -se llevaba las manos a la cara Lucía-
Laura no decía nada se sentía un poco incómoda al no conocerlas, y no saber como se llaman.
-Hola chicas -las saludé con una sonrisa amable-
-Hola! -dijeron todas a unisono-
-¡Qué guapa te pusiste hoy! ¿no? -sonrió pícara Ángela- ¿Para Nico quizás?
-N...No, no -tartamudeé y me ruboricé, giré la cara hacia un lado para intentar que no me lo notara-
-¡JA! Para Nico, lo sabía, es que soy un hacha -frotó los nudillos en su camisa para hacerse la chula-
-Pues no! -la miré fijamente- Solo que hoy me apetecía arreglarme un poco más, como cualquier adolescente.
-¿Nos presentas? -añadió Laura para cambiar de tema-
-¡Claro, se me olvidaba! Es que con esta pesada al lado...
-¡¡Eh!! -refunfuñó Ángela-
-Ángela, Lucía, ella es Laura mi amiga de mi antiguo instituto-
-¡Encantada! -dijeron a la vez y le dieron dos besos-
-¡Ya verás los bombones que vienen! -cogió Ángela de la mano a Laura y la arrastró hacia delante para darle tema de conversación-
-¿Bueno Lucía y a ti no te gusta Alberto?
-¡Qué va!, pero ¿tu vistes como nos hablábamos ayer?, ¡si nos estábamos picando todo el rato!, chocamos mucho.
-Eso no tiene nada que ver, igual lo hacéis para llamaros mutuamente la atención, además los polos opuestos se atraen.
-Sabes como soy yo, y lo que menos quiero hacer es llamar la atención de ese celoso. Es demasiado celoso y eso no me gusta nada.
-Ya, pero yo creo que hacéis una pareja muy bonita.
-Pues yo creo que no la hacemos, si saliera con un chico así, no duraríamos nada, chocamos mucho.
-Bueno, bueno.
-Los que yo creo que acabarán saliendo juntos son Mario y Ángela, son idénticos de carácter, igual de pavos los dos.
-Jaja, en eso te doy la razón.
Laura y Ángela habían hecho muy buenas migas, en ese largo paseo conectaron mucho.
-Hola chicas! -dijeron los cuatro chicos mientras se dirigían a nosotras-
-Juraría que había más chicos en tu grupo -sonreí-
-Si, pero los que son mis mejores amigos son Mario, Alex y bueno Alberto que habéis invitado -puso la mano como contándome un secreto- Que no parece tan mal tipo como pensaba -sonrió-
-Jaja, si ya te lo dije yo -le miré fijamente-
¡Pufff! su sonrisa era perfecta, cada vez que el sonreía a mi me temblaban las piernas y mi corazón se aceleraba.
-Por cierto sacamos ya las entradas para ver "Batman, el caballero oscuro". Nos debéis 7 euros a cada uno, ya luego nosotros nos repartiremos.
-Yo me pido en el centro -añadió Lucía mientras le daba el dinero a Nico-
-Perdona el centro para mí que me lo pedí antes y me tragué toda la cola -se quejaba Alberto-.
-Pero yo soy una chica, ¡sé educado!.
-Para ninguno de los dos, para mí -añadió Laura-
-¡Y un comino! -dijeron al unísono y se acercaron a ella para quejarse-
Ángela y Mario estaban diciendo sucesos graciosos y se les notaba en los ojos que había una química tremenda, y Alex defendía a Laura mientras Alberto y Lucía se quejaban de ella, de quien se merecía el asiento del medio.
-Por cierto, María, te has puesto muy guapa hoy -me dio la mano y me dio una vuelta-
-Me sonrojé- Gracias, tu también estás guapo.
-Bueno chicos que empieza ya -levantó la mano Mario indicando que entráramos-
En el cine cruzábamos de vez en cuando miradas y yo sonreía tímidamente. Parecía una idiota mirándole de ese modo, ¡a saber que piensa de mi!.
Ah!, por cierto, Laura y Alex como subieron los primeros se pusieron en el centro y Alberto y Lucía no pararon de quejarse hasta que empezó la película, parecían niños, pero eran muy graciosos cuando estaban juntos. Y a mitad película Mario pasó los brazos por la nuca de Ángela y la pego contra él, eso si, no la besó, quizás le parecía aun demasiado pronto.
-¡Bueno chicas hasta mañana! -me despedí con la mano y me bajé del autobús-
Eran las nueve, y como es de suponer, era de noche, de repente, oigo unos pasos cerca, muy cerca, entonces comencé a andar mas, y mas rápido, y esos pasos eran aun mas ligeros. Me giré y las ví a unos seis pasos de mí, comienzo a correr asustada, se les veía en los ojos un gran odio hacia mi.
¿Como supieron que me bajaba de la parada?, ¿acaso me estuvieron siguiendo?
Al doblar la esquina de mi calle me consiguieron atrapar agarrándome los brazos con mucha fuerza.


domingo, 5 de agosto de 2012

Capítulo 13º Reencuentro

El corazón se me paralizó y me entró de repente un sudor frío que dejó petrificado todo mi cuerpo.
¿Cuando me dejarían en paz?, ¿que querían de mí?, ¿Cómo podía hacer para vivir tranquila y feliz?... Eran algunas de las preguntas que se me pasaban por la cabeza al mirar el mensaje ``anónimo´´ (puesto sabía de quien pertenecía).
En ese instante una lágrima recorrió mi cara y me senté en un rincón del pasillo al cual se accedía a las puertas de mi casa y de los vecinos.
Estuve varios minutos ahí sentada, hasta que se pasara por completo, puesto que si entraba así en casa no pararían de interrogarme y no se me da bien mentir.
-Hola cariño! -venía mi padre a darme un beso al recibidor-
-Hola papá -sonreí-
-¿Qué tal te lo pasaste hoy?, ¿hiciste muchas cosas de jóvenes?
-Haha, papá, no digas eso que cualquiera que te oiga dirá que eres un abuelo y te pondrán más años de los que tienes
-Pero si yo soy como Peter Pan, ¡yo nunca me hago mayor!, mira- cogió una gorra de mi hermano y se la puso la visera en la nuca- ¡Que pasa tía! -me dio un pequeño empujón e hizo como si mascara un chicle con la boca abierta.
-Haha papa yo a veces alucino contigo enserio -reí y me dirigí a mi cuarto-
Y en ese instante que me puse en el ordenador me vino otra pregunta:
Pufff...¿Hace cuánto no veía a Laura?. Ella me apoyó mucho cuando estaba ingresada a pesar de lo que le hice. Pero entre el cambio de instituto y mis nuevas amigas, me olvide de ella...Y no se merecía eso, ella también es amiga mía.
Entonces no lo pensé dos veces y le llamé al móvil, aun es pronto y ojalá no se haya cambiado el número.
Al segundo bip, una voz tenue lo contesta.
-Si, ¿Diga?
-¡Laura!, soy yo, María -dije emocionada-
-Hola María!, pensé que te habías olvidado de mí. ¿Qué tal estas?, ¿qué tal tu nuevo instituto?
-Genial. Pues bien, las notas me van bien y ya no tengo compañeros como Leticia y Raquel.
-Me alegro
Unos largos segundos de silencio, hasta que por fin conseguí romper el hielo.
-Y tú, ¿qué tal?.
-Pues bueno, bien, como siempre.
-Oye Laura, ¿te puedo hacer una pregunta?
-Si, dime
-Lo siento por no llamarte estos días, pero entre el cambio de instituto y lo del centro de rehabilitación, se me fue el santo al cielo.
-Jajaja, ¡no pasa nada mujer!
-Si quieres puedes venirte con mi grupo y conmigo. Mañana vamos a quedar para ir al cine a ver Ice Age 4 .
-Vale!, ¿pero donde habéis quedado?
-En mi casa a las 17:00, porque hemos quedado ahí con unos chicos, pero tranquila son muy majos todos
-Puff, es que con chicos me pongo nerviosa... ¿Seguro que les caeré bien?
-Tú sé tu misma, ¡que seguro que les caerás genial! -sonreí, (aunque ella no pudiera verlo)-
-Bueno, vale, aunque fijo que estaré nerviosa. ¿Sigues viviendo donde siempre no?
-¡Si!. 5º Derecha. Y no te preocupes, ¡ya verás como lo pasarás genial!
-Ok, pues...¡Hasta mañana!
-¡Lo mismo digo!
Llevaba todo el día sin conectarme al tuenti, y, aunque solo hubieran pasado mas que un par de horas, echaba de menos mis largas conversaciones con Nico. Además tenía que aprovechar que era domingo y que tenía todos los deberes terminados.
Y si, estaba conectado.
-¡Hola pequeña! :D
-¡Hola rubiales!
-¿Que tal está la niña mas bonita del mundo?
En ese instante un escalofrío recorrió mi cuerpo de abajo arriba y mi corazón empezó a latir muy fuerte.
-Pues bien supongo :)
¿Y tu?
-Pues muy bien.
Hoy me lo pase genial, contigo y tus amigas! Jaja.
Tu novio es muy celoso. Pensaba que cuando te dí el abrazo se me iba a comer jaja
-Pues ya no es mi novio :S
-¿Y eso porque?, ¿cuando le has dejado? O.o
¿Que le respondo, que deje a Albaro porque me dí cuenta que le estaba engañando gustándome Nico?, puff que complicado es todo...
-Pues...Me di cuenta que lo veía como un amigo, nada mas :D
-Si ya claro, eso es que te fijaste en algún chico y te diste cuenta que no sentías tanto por él.
Pero como puede ser tan cabrón!?, acertó de lleno y mira que podía ser otra cosa
-Puff, que va, ahora mismo paso de esas historias, estoy mejor sola :)
Si, se lo que pensáis. Soy idiota, ahora no se como podría estar con él. Porque el ahora da a entender que no quiero nada con nadie, ni con el. Pero ahora es lo mejor, quiero estar un tiempo sola, despejar la mente. Ya habrá tiempo para novios!. Además, ¡solo lo conozco de unos días!.
-¡Bueno enana me voy ya!, ¡mañana nos vemos!, ¡ten dulces sueños!.
Muaaak :)
[Nico Ortega se ha desconectado]
¡¡¡Pufff!!!, ¡no sé que tiene este chico que me hace sentir así de especial!, tengo unas ganas de volverle a ver. ¡Mañana, si mañana lo veré!
[5:30 Am]
Suena la canción de ayer la vi desde mi móvil.
Miré el despertador y solté un leve gemido, seguidamente a ciegas cojí el móvil que se ubicaba detrás de mi mesilla de noche y lo descuelgo.
-Si, ¿diga? -contesté con la voz un tanto ronca-
-Ya queda menos para vernos las caras -respondió una voz siniestra- Y sin darme tiempo a reaccionar colgaron.
Yo sabía perfectamente de quien, o mejor dicho quienes procedía aquella voz. Y eso me aterraba.




jueves, 21 de junio de 2012

Capítulo 12º La Quedada

Me daba miedo decirle a Alberto mis verdaderos sentimientos hacia él, me venían muchas preguntas a lo que sería su reacción: Igual no me quiere ver nunca más, ¿ y si se suicida porque esta enamoradísimo de mí?.
Conforme iba añadiendo más preguntas una era mas horripilante que la anterior.
Pero en ese momento me vino un gran plan a la cabeza. No se lo tomará tan mal si quedamos los 9 en el parque grande y cuando vea que surja el momento me lo llevaré y se lo diré con sutileza, para que no esté tan afectado.
Llamé a las chicas y estas cedieron, además que Ángela estaba ansiosa por conocer a Alberto y añoraba al chico con el que se montó en el parque de atracciones (se llamaba Mario).
Con quien me costó más fueron con los chicos del parque de atracciones, porque no estaban conectados y tuve que esperar un par de horas a que por lo menos uno lo hiciera para avisar a los demás, pero finalmente lo conseguí, además Alberto no tenía ningún plan el sábado y quería conocer a mis amigas.
Por la noche no pare de pensar en Nico, me resultaba muy extraño que en apenas 10 minutos haya sentido eso por un chico, además yo creo que me he enamorado por primera vez, y esta vez de verdad.
Por fin era sábado estaba ansiosa por ver a las chicas y a Nico, y como no solucionar esto con Alberto. Es cierto que por un lado me da miedo, porque igual luego me arrepiento pero tengo que ser sincera con el.
Las chicas me vinieron a buscar a las cinco ya que a las seis quedamos con todos en el Parque Grande y tardamos mucho en llegar.
-¡¡¡Buaaah!!!, ¡¡hoy estaremos con seis tíos para nosotras solas!! mi sueño hecho realidad -sonrió Ángela mientras daba saltos por la calle-
-Por favor pavita mía, ¿quieres parar? la gente nos observa -Lucía se llevaba las manos a la cara de lo avergonzada que estaba-
Yo simplemente reía pero de repente me puse a hacer lo mismo que Ángela para avergonzar a Lucía.
-It´s it´s raining men, ¡ALELUYA! -nos pusimos a cantar Ángela y yo por toda la calle con gallos incluidos para llamar mas la atención-
Lucía no sabía ni por donde meterse.
Por fin llegamos al Parque Grande y todos los chicos ya habían llegado y se habían presentado.
-¿Siempre sois tan lentas las mujeres?- decía Nico mientras me abrazaba-
-Chs Chss, que es mía- nos separó un poco Alberto-
-Hala hijo que no pasa nada que María y Nico solo son amigos- defendió Lucía-
Pensamiento de Lucía: La verdad que Alberto no es nada feo como me imaginaba, no se, pero esa chulería me hizo sentir algo extraño que no sentí nunca por ningún chico. ¡Pero no, paso de novios y enamorarme! Todos sabemos que se acaba sufriendo de una manera u otra.
-¿Y tú como te llamas?
Pensamiento de Alberto: Esta chica tiene mucho más carácter que María, la verdad que no se que siento hacia María pero ella me ignora completamente, y se que esto no acabará saliendo bien.
-Se llama Lucía -añadí-
-Encantada, supongo-Lucia le dio dos besos-
-Lo mismo digo
-Bueno haya paz-sonreía Ángela-
La tarde surgió de lo mas normal Ángela y Mario no pararon de tontear, yo se que acabaran juntos porque se nota muchísimo lo que siente el uno por el otro. Y Lucía y Alberto no paraban de picarse eran como el perro y el gato.
Alberto me quería acompañar a casa así que aproveche cuando me dejó en el portal para confesarle todo.
-Alberto, tenemos que hablar...-agaché la cabeza-
Me sentía tan mal de decirle esto, nunca he salido con un chico, y el se preocupó mucho por mí cuando estuve internada por lo de la anorexia y bulimia, y se que hablamos poco por mi culpa, porque no paro de ponerle escusas. Me siento muy mal, muy mal.
-Dime -una sonrisa se dibujó en su cara-
-Mira, yo... -le miré tímidamente-
-Quieres dejar lo nuestro, es eso? -me miro-
-Si, es eso. ¿Como lo sabías?
-María llevas toda la tarde mirando a Nico, cada movimiento que da, cada vez que el respira, es como si te diera vida a ti. Se nota muchísimo que te gusta. Y cuando te abrazó te ruborizaste. No soy tonto María, pero podemos seguir siendo amigos, no le diré nada a Nico, tranquila-
-¿No estás enfadado?
-Jajaja, ¡que va!, si yo sabía que con lo poco que hablábamos no llegaríamos muy lejos, pero no tenemos porque dejar de ser amigos -sonrió- Bueno brujita, me voy ya-me dio un abrazo muy fuerte-
-Hasta otra -sonreí- ¡Y gracias!
Cuando subía en el ascensor me llego un mensaje al móvil, un mensaje anónimo
Anónimo dice a las 20:30 del 5-5-12: María, no te vas a librar de nosotras, cuando menos te lo esperes estarás muerta.