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jueves, 19 de diciembre de 2013

Capítulo 17º La lucha

Mi hermano no tuvo más remedio que llamar a mi madre, puesto que mi padre estaba en el trabajo y él no sabe cómo actuar en los casos que una persona tiene asma.
Mi madre no entendía nada de lo que pasaba. Mientras sujetaba la bolsa para que yo controlara la respiración, le preguntaba a mi hermano el que me había pasado para llegar a ese punto.
Mi hermano le contó que estábamos discutiendo y que acabe respirando así de fuerte (una excusa perfecta ya que viniendo de mi hermano y de mi es normal)
Pasaron los meses, y mi madre iba tres días a la semana al hospital Clínico, pero, procurando que no me enterase.
Un día como otro cualquiera, estaba en el instituto con Lucía y con Ángela (ellas no sabían lo de mi madre, porque pensé que no sería conveniente).
Pero igualmente, ellas notaban que estaba ausente, y claro, les extrañaba mucho.
-María, ¿de verdad que no te pasa nada?, estas muy rara últimamente–me miró Lucía con cara de preocupación-.
-No, de verdad –miré a un lado para que no notasen que les mentía-.
-Olvídate de Nico, te ha mentido, y te mereces algo mil veces mejor, vales mucho María –sonrió Ángela, que por una vez deja su ligoteos a otro lado-.
De repente, recibí un mensaje. La verdad que me daba igual de quien fuera o las amenazas que trajera ese mensaje… Solo quería que mi madre estuviera bien.
Pero al leerlo me sorprendí, sentí que por fin se esfumaban las nubes negras y comenzaba a salir el Sol.
María, te espero a las 11:45 en la puerta de tu instituto.
Un beso, Nico.
Miré el reloj emocionadísima (eran las 11:30), quizás Nico se dio cuenta de que le gusto y que con Raquel no tenía mucho futuro.
Me levanté efusivamente, y les explique muy rápidamente, lo que me mandó Nico, seguidamente y sin tiempo a recibir sus opiniones al respecto, salí corriendo, pero también con cautela de que no me descubriera ningún profesor.
En la puerta estaba Nico tal y como prometió, pero yo quería fingir mi entusiasmo al verlo.
-Hola Nico –le di dos besos y le miré fijamente a los ojos- ¿Qué tal estas?
-Pues yo…-agachó la cabeza, como si estuviera arrepentido de algo-.
Y de repente veo como empiezan a venir gente de mi antiguo instituto corriendo, como: Mohamed, Jesús, Carlos, Leticia, Raquel, y más personas que o conocía de vista simplemente, o, ni eso.
Mi corazón se empequeñeció, no paraba de mirar a todos los lados, sintiéndome atrapada y sobretodo defraudada con Nico, el cual no quiso evitar todo esto.
Todos hicieron un circulo alrededor mío y no paraban de escupir insultos de su boca como: “Eres una autentica zorra”, “¿porque no te mueres, puta?”, “eres una golfa barata”, “gorda, puta y fea, ¿se puede ser peor?”, etc.
Raquel y Leticia  comenzaron a zarandearme, escupirme y golpearme por todas las partes de mi cuerpo.
Y pude sentir que mientras hacían todo eso, que compañeros y personas de la Sagrada Familia, salían a las ventanas o incluso fuera y apoyaban todo lo que me hacían y decían.
La gente, también me acabó golpeando mientras seguían insultándome. Mientras, yo me intentaba proteger como podía. Y pude ver que Nico se quedó inmóvil enfrente mía, y no tuvo la vergüenza de defenderme…Yo lo quería, y me había traicionado…Me había hecho mucho daño.
Acabé inconsciente en el suelo, y pude sentir como una persona salía en mi defensa y me llevaba a un lugar seguro.


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